1. Háblale inmediatamente de ello a tu pareja
Sí, somos conscientes de que puedes tener miedo de herir los sentimientos de tu pareja. Sin embargo, si no te gusta su familia, hay que hablar de ello enseguida. Debes ser sincera con él al respecto mientras aún es pronto para que te explique adecuadamente en su nombre por qué es así. Quizá puedan tener tiempo para elaborar estrategias sobre cómo podéis desarrollar sentimientos positivos mutuos hacia su familia.
2. Pon límites
Si hablas inmediatamente con tu pareja de tus problemas o sentimientos, podrás ayudarle a planificar mejor el futuro. Esto también os permitirá hablar de los límites. Quizá puedas decirle a tu pareja con qué frecuencia te sentirías cómoda viendo a su familia. Tal vez incluso puedas informarle de cuánto tiempo puede llevar que te sientas a gusto con ellos.
3. Intenta conocer la cultura familiar
Tal vez la razón por la que no te gusta la familia de tu pareja es que no puedes relacionarte con su cultura familiar. Probablemente estés acostumbrado a un entorno familiar distinto; por eso su familia te parece tan extraña. Cada familia se cría con tradiciones únicas, de ahí la diferencia en las distintas culturas familiares. Al igual que te adaptas a la cultura de un país extranjero que visitas, puedes adoptar la misma estrategia para que te guste su familia.
4. Mantente positivo
Si la estrategia anterior no te funciona, deberías mostrar una actitud positiva hacia la familia de tu pareja. Esto no sólo será apreciado por la familia, sino que tu pareja disfrutará significativamente de este acto. Establecer una actitud positiva hacia su familia no sólo aumentará sus sentimientos de cariño hacia ti, sino que también reducirá las posibilidades de una disputa familiar, que puede volverse fea y tóxica. Y puede que el dicho, “Finge hasta que lo consigas,” ¡te sirva!
5. Nunca hagas elegir a tu pareja entre ella o tú
Dar a tu pareja un ultimátum entre tú y su familia es algo que nunca debes hacer. Podría acabar con vuestra relación o provocar una gran pelea. La sangre es más espesa que el agua, así que tu pareja nunca renunciará a su familia. Sobre todo cuando su familia es algo que lleva en el corazón. También podría acabar en una relación tóxica en la que siempre estará resentido contigo.